En el noroeste de Arkansas, aproximadamente una de cada tres personas sin hogar se considera sin hogar crónico. Esto significa que han vivido sin una vivienda estable durante un año o más, o que se han enfrentado a repetidos episodios de desamparo, al tiempo que padecen una enfermedad discapacitante, como una enfermedad mental, un trastorno por consumo de sustancias o una discapacidad física.
La mayoría de las personas en esta situación no están en refugios. Acampan en el bosque, duermen en parques o encuentran refugio temporal en edificios abandonados. Para ellos, los albergues convencionales no suelen funcionar porque tienen demasiadas normas, muy poca intimidad y entornos que pueden empeorar los traumas o los problemas de salud mental. Los proveedores de servicios también luchan por mantenerse conectados, ya que la volatilidad de la vida al aire libre hace casi imposible un contacto constante.
En Nuevos Comienzos, vamos al encuentro de las personas allí donde están. Nuestro barrio ofrece cabañas privadas, personal 24 horas al día, 7 días a la semana, y una comunidad de apoyo donde los residentes pueden empezar a sentirse seguros. Desde esa base, pueden acceder a asistencia sanitaria, asesoramiento y gestión de casos, que son pasos que conducen a una vivienda duradera.
La solución a largo plazo está clara: las Viviendas de Apoyo Permanente. Este modelo de eficacia probada combina una vivienda asequible con un apoyo integral. En todo el país, los estudios demuestran que entre el 75% y el 90% de las personas sin hogar crónico que se trasladan a una vivienda de apoyo permanecen alojadas de forma estable, y también manifiestan una mayor autonomía y calidad de vida.
Por eso New Beginnings trabaja con líderes de nuestra ciudad, región y más allá para ampliar las viviendas de apoyo. Cuando las personas tienen un lugar seguro donde vivir y el apoyo que necesitan, no sólo reconstruyen sus vidas, sino que fortalecen a toda la comunidad.
